En esta ocasión, no obstante, no llegó a rompérseme el tabiquenasal.
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En este caso fue el tabiquenasal, pero esa es otra historia.
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Myron se frotó el tabiquenasal con el índice y el pulgar:
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El tabiquenasal y el pómulo derecho fueron destrozados por el disparo.
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La sífilis hereditaria, dicen hoy los sabios, habíalo aligerado del tabiquenasal.
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Se han metido objetos diversos, algunos bastante grandes, por el septumnasal.
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Pero la señora Stackpole sufría una desviación del septumnasal, resultado de una fractura de nariz que le había provocado su marido.
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Curiosamente, las esclavas consideran la perforación del septonasal para la inserción de un anillo mucho menos importante que la perforación de las orejas.